miércoles, 30 de marzo de 2011

Vida y costumbres del Trollus Vulgaris (Occam for Dummies)

Si en la entrega anterior vimos un argumento típico del típico Troll de Internet, hoy vamos a profundizar un poco mas en la psique trollera y vamos a intentar seguir un poco sus tarados razonamientos.

Se ha escrito largo y tendido sobre lo que son los trolls y además asumo que si me estás leyendo en un blog perdido por el culo de Internet, será porque ya tienes algo de bagaje en foros, blogs, webs de noticias y, en general, cualquier sitio en el que se pueda dejar un comentario y sea susceptible de ser trolleado, de modo que no me extenderé demasiado en definir lo que ya conocemos. Tan sólo haré una distinción básica entre los dos tipos fundamentales de Troles y la haré con latinajos para ser todavía mas pedante: por un lado los que están de cachondeo -a los que podríamos calificar como Trollus Impersonatus- y por otro los que realmente van en serio y se creen lo que dicen, o Trollus Vulgaris. Vamos a saltarnos a los primeros -ya sabemos como funcionan- y aunque a veces la línea que los separa pueda ser muy difusa, vamos a intentar analizar un poco en profundidad a los segundos. No me refiero tanto al Troll de Internet sino a esas personas que llevan el trolleo arraigado en la sangre. Al trolleo como actitud ante la vida.

Seguro que conoces a alguno en la vida real, o que no te cuesta recordar algún canal de TV en el que están ahora mismo echando espumarrajos por la boca en cualquier tertulia de mierda. Algunos escriben columnas de bilis en periódicos de escasa credibilidad y otros dirigen sus propios santuarios del trolleo. Existen incluso comunidades con propósitos absolutamente trolescos como esta Sociedad de la tierra plana en la que hay gente que defiende a capa y espada lo que el propio nombre sugiere: que la tierra es en realidad plana y que existe una conspiración para ocultarnos este hecho; por increíble que parezca, mezclada entre la gente que está de cachondeo hay gente defendiendo este tipo de cosas completamente en serio. La lista de trolleadas con las que lidiamos a diario es larga y desconcertante: tierraplanistas, conspiranoicos del 11M, revisionistas del holocausto, del franquismo, defensores de la homeopatía, de sectas variadas, negacionistas del proyecto Apolo, supremacistas de cualquier colectivo, y un largo etc, etc, etc... tanto gilipollas abriendo la puta bocaza y tan poca mano para repartir collejas.

Sin embargo, si por un momento dejas de prestar atención a lo que dicen y te fijas en como lo dicen, es decir, en como hilvanan los argumentos, verás que su discurso suele ser bastante limitado y se basa en unas pocas falacias lógicas que repiten constantemente. Su denominador común y talón de Aquiles es una lógica tarada que, partiendo de premisas falsas, les lleva a extraer conclusiones equivocadas, cuando no directamente aberrantes. Como ya dije en el post anterior -y pienso repetir en cuanto tenga ocasión- el tonto no deduce la realidad en base a evidencias, sino que busca evidencias que avalen su peculiar visión de la realidad. Y prácticamente todas sus tonterías se pueden desmontar utilizando algo tan simple como la Navaja de Occam, de la cual seguramente ya conozcas el enunciado:
Cuando dos teorías en igualdad de condiciones tienen las mismas consecuencias, la explicación más simple tiene más probabilidades de ser correcta que la mas compleja
Por decirlo de un modo mas coloquial, si hay dos explicaciones y una de ellas incluye a marcianos, conspiraciones secretas, misteriosas propiedades de elementos que nunca se han descubierto, montajes supersecretos que han engañado a toda la humanidad excepto a un señor que regenta un pub en la Almunia de Doña Godina, oscuros intereses de dudosa procedencia o fuerzas sobrenaturales, de todas estas opciones, la que no dice tonterías es la correcta.

Pero el Trollus vulgaris no acepta que nadie califique sus argumentos de tonterías, aunque a todas luces lo sean, de modo que recurrirá a toda una suerte de encajes de bolillos y gimnasias mentales para intentar colarte sus majaradas como si -por lo menos- estuviesen en igualdad de condiciones con la realidad. Te acusará de dogmatismo y dirá que no es bueno asumir las cosas como ciertas y que hay que cuestionárselo todo, lo cual hasta cierto punto es verdad. Cuestionarse hasta lo mas obvio, incluso si es posible que la tierra sea plana, puede incluso ser un ejercicio mental sano y gratificante.

Pongámoslo en práctica: Por un lado la tierra podría ser esférica y que todo lo que te hayan mostrado hasta ahora sea cierto, aunque a simple vista cuando miras al suelo parezca plana. Por otro lado, podría ser plana y que el resto de la humanidad se haya conchabado para engañarte. Parece una explicación sencilla pero añade demasiado ruido a la lógica que te rodea: si es plana ¿de donde salen los husos horarios? ¿porque hay una hora de diferencia entre la Península y Canarias? ¿donde está el borde? si por ejemplo el borde de la tierra plana estuviese tras la costa de japón, los barcos y los aviones tendrían que dar la vuelta y cruzar toda Rusia, Europa y el Oceano Atĺantico para llegar hasta Canadá ¿porque ninguna compañía aerea del mundo hace esa ruta larga en ningún trayecto?

La explicación de la tierra redonda es consistente con nuestra experiencia diaria, sobretodo desde que sabemos comunicarnos de un continente a otro en tiempo real. Una tierra de forma mas o menos esférica encaja en los husos horarios, en los satélites de comunicaciones y en los recorridos de las líneas aéreas. Sin embargo, el tonto tiene una explicación alternativa para cada uno de estos fenómenos: el amanecer es un efecto óptico, los satélites de comunicación en realidad no existen y las líneas aéreas utilizan atajos espacio-temporales. Todas y cada una de estas majaderías se han utilizado como argumento en discusiones reales de la Flat Earth Society. Intentar seguir estos hilos no te dará mas que dolores de cabeza porque, por cada argumento sensato que puedas aportar basándote en hechos o en datos contrastados, el Troll siempre tendrá una nueva tontería que decir al respecto. Dar respuestas razonadas requiere un esfuerzo, a veces incluso un gran esfuerzo mental y grandes cantidades de tiempo. Inventarse cosas sobre la marcha es algo totalmente cómodo y gratuito. Cada réplica, aunque sea falsa o directamente absurda, hará que tengas que volver a explicarlo todo otra vez. Y como el Troll sólo quiere tener la última palabra, su estrategia consistirá en ir soltando réplicas hasta que te canses.

La Navaja de Occam sirve para cortar por lo sano estas discusiones bizantinas antes de que sucedan. Si para un mismo fenómeno tenemos además de la explicación cerrada, sencilla y coherente, una explicación complicada, la cual añade mas incógnitas de las que parece resolver, escoge siempre la primera. A partir de cierto número de elementos inexplicables ya no vale la pena ni plantearse la opción de refutar esa segunda explicación porque, para explicar lo inexplicable, siempre habrá que añadir mas y mas incógnitas y sinsentidos a la discusión.

Sobre el manido argumento de que cuestionarse las cosas -por ciertas que parezcan- es algo sano y saludable. Si, claro que lo es. Pero siempre y cuando seamos capaces de inferir conclusiones lógicas y de descartar las tonterías. En realidad, el Troll, el telepredicador, el tertuliano o el imbécil de turno que viene a venderte sus dioses o sus conspiraciones, está haciendo trampas con el lenguaje. Apelará a tu espíritu crítico porque las expresiones como "dudar de" o "cuestionárselo todo" están cargadas de connotaciones positivas. Lo que en realidad te están pidiendo es que hagas lo contrario, es decir, que te cuestiones las cosas que ya sabes hasta descartarlas y que marees la perdiz hasta dar lo suyo por cierto. Es la forma que tienen algunos cretinos integrales de dar un pretendido barniz de inteligencia a sus majaradas.

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