sábado, 30 de julio de 2011

Gil Scott-Heron: El cantautor funky

Muchas veces me preguntan de donde saco toda esa música que va siempre conmigo a todas partes y que no aparece nunca en la radio ni en la TV. Dejando a un lado el hecho de que ni la radio ni la TV actuales son una buena fuente de absolutamente nada si te gusta la música aunque sea un poco, lo cierto es que no hay una respuesta fácil, a no ser que digamos una vaguedad del tipo "del internet, abuela, la saco del internet". En realidad, no hay un único lugar ni una respuesta sencilla ya que el proceso que te lleva descubrir cada canción, cada artista o cada disco suele tener una historia propia y ésta suele ser bastante diferente de las demás.

En el caso de Gil Scott-Heron la historia es bastante personal y se remonta a algún punto difuso entre mi infancia y mi adolescencia en el que la música era un bien escaso -hey, youngsters, no había internet para bajársela- de modo que como un Diógenes cualquiera, una de mis mayores obsesiones era hacer acopio de todas las cintas de cassette que cayesen en mis manos. Entre originales buenas, grabadas bien, grabadas mal, originales malas y grabadas de la radio debía tener unas cincuenta o sesenta, de las cuales resaltaba una TDK Fe2 de 60 minutos -es decir, bastante normalita de calidad- en la que alguien había escrito con rotulador la palabra FUNKY. Por aquella época se pronunciaba "fanqui", así con la A como muy marcada.

No se muy bien de donde salió, pero aquella cinta estaba grabada a partir de vinilos con dos platos y un mezclador -lo cual me parecía casi mágico- y a lo largo de aquella extraña sesión sonaba algo de Oliver Cheatham, el When boys talk de Indeep y no recuerdo muy bien que mas. No había mezclas, sino cambios bastante bruscos entre un disco y otro y la calidad de la grabación era bastante buena. Así, esa misteriosa cinta de fanqui que nadie sabía muy bien quien había grabado ni como había llegado a casa se ganó un lugar en el lado izquierdo de mi estantería de cintas buenas, junto a las originales buenas y las buenas bien grabadas.

Pero, sobre todo, lo que mas llamaba mi atención era el misterioso tema con el que aquel DJ aficionado (¿o tal vez profesional?) había decidido inaugurar la sesión, es decir, el primer tema de la cara A. Y es que escuchar cintas grabadas de dudosa procedencia tenía un cierto encanto, ya que nunca sabías que podía salir de ellas. De modo que puse la cinta, pulsé play y a los pocos segundos sonó el ruido sibilante de la cinta, después el ruido de fritanga del vinilo y sobre estos se oyó una voz riéndose levemente para luego decir "you ready? ah, uno, dos... UNO, DOS, TRES, CUATRO", así en español, seguido de una extrañísima combinación de bajo, batería con una claqueta muy marcada, piano eléctrico y flauta travesera.

Aquella canción me fascinaba ¿como podía una flauta travesera ser fanqui? fanquis eran las voces desgarradas, las guitarras que hacen wah-wakah-wah y los sintetizadores con brillos pero ¿las flautas?. Aquel tema contenía elementos que no estaban presentes en ningún otro de la cinta o de otras cintas similares, pero sonaba mejor, mas crudo y mas auténtico. Comprendí en cierto modo que lo que llamábamos funk era mas un sonido que un estilo de música, como lo son el duende al flamenco o el sabor a la salsa.

Pasaron algunos años y aprendí a grabar mis propias cintas a partir de vinilos. Conseguí mis propios platos, mi propio mezclador y aprendí también a hacer cosas interesantes con ellos. Conseguí mis primeros trabajos de DJ en bares de mala muerte y discotecas chungas de barrio. Aprendí a encontrar aquel sonido funk en discos de House, de Hip-Hop, de música Disco, de Electrónica... y como las malas costumbres nunca se pierden, seguí haciendo acopio de cuanta música pudiera encontrarme por los medios mas variados. Y una forma de encontrar buenos discos a un precio insuperable era, claro está, robándolos. Robaba discos en el Corte Inglés y en alguna que otra gran superficie, pero sobretodo, robaba discos del cajón de los abandonados en los bares y salas en las que pinchaba por el viejo método de meterlos en mi maleta junto a los míos. No voy a justificar lo que hacía, pero para mi eran una especie de abandonware que criaba polvo y mierda en cubetas y almacenes junto a la basura de épocas anteriores, esperando a ser rescatados por alguien. La proporción de discos que merecían ser reuperados era bajísima; apenas uno o dos de cada 100 y a veces incluso menos, pero tenía cierta paciencia, buen ojo para filtrar basura a simple vista y métodos de escucha rápida del tipo escucha este trozo, este otro, este otro, si es malo, deshecha, si es bueno vuelve a escuchar mas atentamente, los cuales me permitían oír cientos de discos en una tarde. Y en las cubetas y los almacenes solía haber decenas de miles.

Así estaba yo una buena tarde, tranquilo, con el bar a puerta cerrada y la señora de la limpieza dando cuenta de los regalos que le habían dejado los borrachos de la noche anterior, escarbando en una montaña de unos dos mil discos en la que había una proporción de material rescatable inusualmente alta, de modo que estaba prestando mas atención a no descartar ningún disco sin oírlo antes a no ser que tuviera claros indicios de ser una maldita basura. Cayó en mis manos lo que se suele llamar un White Label, que no es un whisky sino un disco en una funda de cartón sin portada y sin ninguna inscripción en la galleta del centro. Solo dos misteriosos títulos: FLOWER POWER en una cara y THE BOTTLE en la otra.

Pinché Flower Power sobre el minuto 1, el minuto 2, el 4 y no sonó nada interesante. Le dí la vuelta y pinché The Bottle sobre el minuto 1. Reconocí al momento aquella flauta, el piano eléctrico y la claqueta marcando el ritmo... con el corazón acelerado, paré el disco y lo puse desde el principio, y allí estaba mi viejo amigo, riéndose de nuevo y diciendo "you ready? ah, uno, dos... UNO, DOS, TRES, CUATRO".




Ni que decir tiene que el disco se vino conmigo en mi maleta, casi entre algodones para que no se estropease. Con el tiempo, averigüé que el autor del tema era un tal Gil Scott-Heron a las voces y los teclados, en colaboración con otro tal Brian Jackson que era quien tocaba la flauta y otros instrumentos. Terminé comprando muchos de sus discos, descargándome otros, reconociendo trozos de su música sampleados en otros temas de estilos diferentes y haciéndome el listillo cada vez que salía una versión mas popera o una mas house de alguno de sus temas.

En algún momento también empecé a entender las letras de sus canciones... y ahí se abrió ante mis orejas un nuevo mundo de sensaciones ya que, si bien su música es digna de estudio, el contenido político, social, lírico, poético y hasta espiritual de sus composiciones nunca dejan indiferente a nadie que las escuche. En algún momento se ha exagerado hasta el punto de decir que Gil Scott-Heron es el Bob Dylan negro, lo cual me parece una soberana gilipollez digna de un becario aspirante a redactor de la Rolling Stone, ya que el contenido de sus letras es totalmente diferente, la forma de rimarlas no se parece en nada, GSH canta bastante mejor y además su música es diametralmente opuesta. También se decía que The revolution will not be televised podría catalogarse como el primer disco de hip hop de la historia, lo cual tiene que ser cogido con unas pinzas demasiado finas como para no romperse: efectivamente es un tema con una base funky de ritmo muy marcado y un cantante que en vez de cantar habla por encima... bueno, y también es redondo como los discos de hip hop que son redondos y lleva un plastiquillo para evitar que se raye al meterlo y sacarlo, como algunos discos de hip hop. En realidad, creo que el paralelismo lo debió establecer algún crítico blanco sin demasiadas luces ni mucha idea de la diferencia entre hablar y rapear, tras determinar que era un disco de un negro hablando de cosas de negros, como derechos y esas cosas que piden los negros, y que por lo tanto debía ser un disco de hip hop. Y que como era muy antiguo, debía ser el primero. Con dos cojones.

Sea como fuere, si que hay algo en las letras de Gil Scott-Heron que hace que quien las escucha con algo de atención les quiera dar importancia de alguna forma, ya sea con paralelismos que no existen o atribuyéndole el papel de precursor de un género en el que si es influyente, pero no su inventor como algunos periodistas enteradillos pretenden. Creo, sinceramente, que el problema a la hora de hablar de estas letras es que no hay forma de describirlas sin que pierdan su esencia, de modo que me limitaré a citar algunos fragmentos de temas que siguen estando de rabiosa actualidad incluso 40 años mas tarde. Por ejemplo, en la letra de la ya citada The revolution will not be televised habla de como la TV nos mantiene pasivos y entretenidos, ajenos a cualquier revolución de la que deberíamos formar parte. El tema es de 1970, pero podría perfectamente formar parte de la banda sonora del movimiento #15M
The revolution will not be right back after a message about a white tornado, white lightning, or white people. You will not have to worry about a dove in your bedroom, a tiger in your tank, or the giant in your toilet bowl. The revolution will not go better with Coke. The revolution will not fight the germs that may cause bad breath. The revolution will put you in the driver's seat. The revolution will not be televised
Podemos encontrar otra gran parrafada reivindicativa en B-Movie, sobre como  el sistema capitalista y la democracia no son mas que una farsa para tener a todos entretenidos y ajenos a los tejemanejes de unos pocos. El disco es de 1981, pero los temas que trata siguen siendo de rabiosa actualidad hoy.
What has happened is that in the last 20 years, America has changed from a producer to a consumer. And all consumers know that when the producer names the tune…the consumer has got to dance. That’s the way it is. We used to be a producer – very inflexible at that, and now we are consumers and, finding it difficult to understand. Natural resources and minerals will change your world. The Arabs used to be in the 3rd World. They have bought the 2nd World and put a firm down payment on the 1st one. Controlling your resources will control your world. This country has been surprised by the way the world looks now. They don’t know if they want to be Matt Dillon or Bob Dylan. They don’t know if they want to be diplomats or continue the same policy - of nuclear nightmare diplomacy. John Foster Dulles ain’t nothing but the name of an airport now. 
(...) The idea concerns the fact that this country wants nostalgia. They want to go back as far as they can – even if it’s only as far as last week. Not to face now or tomorrow, but to face backwards. And yesterday was the day of our cinema heroes riding to the rescue at the last possible moment. The day of the man in the white hat or the man on the white horse - or the man who always came to save America at the last moment – someone always came to save America at the last moment – especially in “B” movies. And when America found itself having a hard time facing the future, they looked for people like John Wayne. But since John Wayne was no longer available, they settled for Ronald Reagan – and it has placed us in a situation that we can only look at – like a “B” movie. 
(...) The ultimate realization of the inmates taking over at the asylum. The screenplay will be adapted from the book called “Voodoo Economics” by George “Papa Doc” Bush. Music by the “Village People” the very military "Macho Man."
En We almost lost Detroit nos habla del peligro latente de las centrales nucleares y de como cada día estamos jugando con fuego y un poco mas cerca del desastre. El disco salió en 1977, 9 años antes de Chernobyl y 34 años antes de Fukushima. 
How would we ever get over
loosing our minds?
Just thirty miles from Detroit
stands a giant power station.
It ticks each night as the city sleeps
seconds from anniahlation.
But no one stopped to think about the people
or how they would survive,
and we almost lost Detroit
this time.
Podríamos seguir durante horas, pero creo que ya te haces a la idea. Poco mas se puede decir, excepto que hablamos de un artista bastante avanzado a su época tanto en lo musical como en los temas que trata a la hora de componer sus canciones, discursos y poemas. Ha sido muy influyente no sólo en el hip hop mas aguerrido y reivindicativo sino también en otros géneros como el Funk, el Acid Jazz -o cualquier fusión de jazz y funk posterior- y el House mas complejo y elaborado. Jamiroquai, Masters at Work o Incognito lo suelen citar como una de sus referencias y como un referente fundamental para comprender su propio sonido. Para todo lo demás, están su extensa entrada en la Wikipedia y el documental Black Wax, filmado por Robert Mugge, en el que da salida a todas sus pajas mentales y a lo mejor de su talento musical. De este documental, me gusta destacar este trozo de GSH cantando por la calle con un simple radiocassette y decir bien alto que suena mas música en veinte segundos de esto que en toda las obras registradas en la SGAE en los últimos 30 años.


Gil Scott-Heron murió el 27 de mayo de 2011. Me enteré por twitter y me sentí triste, como si hubiera perdido a alguien cercano. En cierto modo lo es, porque su música ha estado ahí a lo largo de casi toda mi vida y ha sonado en grandes momentos. Aun a día de hoy, cuando quiero dormir o tranquilizar a mi hijo, le canto el estribillo de Three Miles Down.

martes, 12 de julio de 2011

Razones para hacerse bankero

Justo cuando estaba preparando un articulito sobre timos, estafas y esquemas Ponzi, se cruza en mi camino esta campaña de marketing. Aunque, claro, lo difícil era no cruzarse con ella. Al menos durante las próximas dos semanas, va a ser raro salir a la calle y no tropezarse con la cara de este apuesto señor mezcla de George Clooney y Miliki con la que han empapelado todo un país de tamaño mediano. La campaña en sí tiene un cierto tufo a aquellos anuncios de Leche Pascual con abuelos ye-yes que se ponían la gorra del revés para hacerse los modernos o a aquellas zapatillas Keli Finder que mágicamente ayudaban a encontrar piso a los jóvenes. Parece un poco como hecha a medias por un aprendiz de Don Draper, el cual ha puesto el color verde-esperanza como identidad corporativa, y el guionista de Física y Química al que se le ha ocurrido algo tan original como utilizar la K como símbolo de modernidad, que todo el mundo sabe que a los jóvenes les gusta muxo husarla para heskrivir. Tampoco nos vamos a llevar las manos a la cabeza por ello, que no es el primer banco que tiene este tipo de ideas peregrinas. El caso es que -de algún modo- la campaña está gozando de un cierto éxito viral en las redes sociales. Tal vez no un éxito en el sentido en el que se había planeado inicialmente pero ya sabemos que en marketing todo lo que sea que hablen de ti o de tu producto es bueno, aunque lo hagan para cagarse en tu puta madre. En realidad, no importa que se critique a la entidad o a sus fines en las redes sociales, ya que el mensaje a transmitir no va dirigido al grueso de sus usuarios sino a todas aquellas personas capaces de llegar a dos o mas de estas conclusiones a partir de la información de la que se dispone por anuncios, prensa y TV. He aquí las verdaderas razones para hacerse bankero: